viernes, 29 de mayo de 2015

Tercer día: Uno de los cayos

¡Hoy nos vamos a Cayo Blanco en catamarán! Después de desayunar en el buffet nos pasaron a buscar a las 8.15 puntual (hecho que viene desmintiendo el dato que nos habían dado de que los cubanos son impuntuales), pero igual llegamos tarde a la marina porque unos americanos aseguraban que le habían dado mal la hora y hubo que esperarlos, pero juro que no les creímos nada (este tipo de actitudes de los turistas es la que después genera el mito de la impuntualidad cubana, a decir verdad, a lo largo de los siete días nunca fueron impuntuales por motivos propios, cuando llegaron tarde siempre fue culpa de los turistas que no estaban listos a la hora convenida para su retiro).

Salimos en el catamarán con rumbo a Cayo Blanco, empinando el codo a canilla libre de Cuba Libre y al agua a hacer un snorkel en un banco de peces muy variado, peces león, damiselas y vaya uno a saber que más.

 

 

 

 


Luego, a Cayo Blanco, donde perdimos miserablemente la carrera de cangrejos, un poco mas de rumba playera y a desquitarnos la desazón hípica a pura langosta, en nuestra vida comimos tanta langosta (hecho que nos pasará factura el día de mañana, en plena excursión a las Tres Ciudades, pero ese es otro tema).
De postre, un habano Guantanamera y una piña colada.


 

Luego dos horas de larvar en la playa a fuerza de Cuba Libres (mentira, nadamos un montón)
El viaje de vuelta fue animado por un Jesús a plena salsa y de regreso al hotel en la guagua (siempre nos retiran primeros y nos dejan últimos, cagada de ser el ultimo hotel de la península)



En el hotel pasamos por la playa, previa carga de mojitos en nuestros vasos térmicos mirando a los pajaritos toti que reclamaban su parte, y un nuevo atardecer fumando un habano cubano.

 

A bañarse, llamar a los chicos por wassap y a cenar, esta vez al restaurant japones.
Esta vez la elección gastronómica revirtió la pobre imagen del restaurante italiano de ayer, el show del restaurante japones fue una de las mejores cenas en Cuba, con chef en la mesa y champagne en las copas, eso si, otra vez nos perdimos el show en el patio, esta vez fue el de magia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario